Este 2019 llega a su fin y como cada año la Universidad de Stanford publica el resumen de cómo está la situación respecto a esta tecnología. La buena salud de la IA se evidencia por el crecimiento una vez más del volumen de patentes, eventos, financiación y empleos. En 2020, y según vaticina la propia Inteligencia Artificial en otra prueba, asistiremos a la caída de Trump, varios cambios políticos en Europa y una continuación, aunque menos cruda, de la guerra comercial entre EE UU y China.
La Universidad de Standford concluye el año con la publicación de su AI Index Report, un resumen del estado de la Inteligencia Artificial. Entre sus conclusiones destaca el buen estado de salud de esta tecnología que trae consigo la llamada tercera revolución industrial. Por ejemplo, uno de los aspectos en los que se ve lo bien que le va al sector es que “entre 1998 y 2018, el volumen de artículos sobre esta materia ha crecido en más del 300%.China ya genera el mismo volumen de documentos por año que Europa y supera a los EE UU. Sin embargo, la potencia occidental sigue acaparando el 60% de las patentes en este campo”, dicen los autores del estudio.
Si hay algo que ha caracterizado el último año y medio de los desarrollos es la velocidad. “El tiempo requerido para entrenar un gran sistema de clasificación de imágenes en la nube ha disminuido de las tres horas en octubre de 2017 a los 88 segundos en julio de 2019. También ha bajado el coste de entrenar estos sistemas”,
En cuanto al empleo parece ser que, de momento, las cuentas de la Inteligencia Artificial quedan en números positivos, dice el texto. Los sectores que más dinero están acaparado son los vehículos autónomos, que han percibido un 9.9% del total, es decir, unos 7.700 millones de dólares. Tras ellos se sitúan las aplicaciones médicas (6.1%); el reconocimiento facial (6.0%); los contenidos de video (4.5%), y la detección del fraude y las finanzas (3.9%).
La repercusión en la educación también se deja sentir. Así, la IA se ha convertido en la especialización más popular entre los estudiantes de doctorado en ciencias de la computación en América del Norte, con más del doble de estudiantes que la segunda especialización más popular (seguridad / aseguramiento de la información).
En 2018, más del 21% de los doctorados graduados en informática se especializaron en inteligencia artificial y/o aprendizaje automático. También aumenta la regulación y la preocupación social, sobre todo respecto a la imparcialidad, interpretación o la transparencia de los algoritmos.
El estudio analiza 3.600 publicaciones de prensa a nivel mundial para encontrar que en la mayor parte de ellos se hace referencia a alguno de los retos éticos que plantea la tecnología. Estas giran en torno a la privacidad de los datos, la existencia de marcos legislativos adecuados, el sesgo de los algoritmos o el papel y actuación de las grandes empresas tecnológicas.
Lo que se espera para 2020
The Economist ha querido cerrar el año haciendo una predicción sobre lo que le deparará al mundo el año 2020. Un ejercicio lógico al iniciar una nueva década y bastante habitual en los medios de comunicación. Lo que resulta más novedoso es, sin duda, contar con la participación de un sistema de inteligencia artificial.
En este caso, decidieron preguntarle sobre el futuro de la IA en 2020 a una máquina creada por el centro de investigación OpenAI. “GPT-2 es un modelo de lenguaje no supervisado entrenado que utiliza texto de Internet. Si se le da un aviso, una pregunta o la primera oración de una historia, genera lo que podría venir después”, dice la publicación.
A la pregunta sobre si Trump será reelegido para la presidencia americana, la máquina tiene claro que no. Los grandes cambios políticos que se avecinan, apuntan los algoritmos, tendrán lugar en Europa, sobre todo si Reino Unido abandona la UE. Incluso, en su opinión, la guerra comercial entre las dos grandes potencias va a seguir en la misma línea.
GPT-2 cree que la inteligencia artificial, o sea ella misma, ayudará a resolver problemas en sectores como la traducción, pero puede suponer pérdidas de empleo si se aplica en asuntos médicos y de finanzas.
El sector en el que prevé habrá un mayor crecimiento es el de la movilidad autónoma. También es esperable, desgraciadamente, que sigan apareciendo las llamadas fake news. En cuanto a su propio futuro y si se trata de un primer paso hacia una inteligencia artificial muy potente, GTP-2 aclara que su único fin es entender el idioma y generar respuestas correctas. Al menos gramaticalmente, porque para verificar si son acertadas habrá que esperar doce meses.