Era el inicio de 2019 cuando la conocida como Sinfonía inacabada de Schubert dejó de ser tal. Un programa de IA la terminó en su lugar casi dos siglos después. El software analizó los dos primeros movimientos que el compositor había concluido y de ahí extrajo las características del estilo del vienés para luego construir su propia melodía. Eso sí, además del análisis contó con la ayuda de un músico de carne y hueso para que la pieza no chirriara en el reparto del compositor.
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